Busdongo - La Robla (12/10/92)

A primeras horas de la mañana ya están dando el desayuno; café, bollería y magdalenas, todo abundante, con buena presencia, y mejor sabor. Esto último lo sé porque hoy mi descafeinado lo acompaño con un par de magdalenas, están recién hechas, aún templadas, de las que entran solas. De momento cumplo con mi régimen de comidas, casi sigo al pie de la letra las recomendaciones del doctor, por eso, los dulces cuanto menos mejor. Las comidas son otra cosa, hago bastante esfuerzo por seguir el régimen y a media mañana los ojos se me van tras los bollos preñaos, me retengo y con un par de yogures desnatados suelo pasar la mañana. Si hay jamón, cosa bastante frecuente hasta que se agota, tomo una o dos lonchas con una rebanada de pan de unos 30 grs. Por la noche la cena es igual al de resto de compañeros, eso sí, sin pasarme ni un ápice. También durante el día suelo tomar alguna pieza de fruta. A diario nos surten de manzanas, naranjas, plátanos y productos de temporada. No paso necesidades pero, la hebilla del cinturón dos espacios hacia dentro: he perdido cerca de tres kilos.
La helada con que amanecemos es de órdago. Los campos están blancos, tal parecen cubiertos por una fina capa de nieve con distintos espesores, sea el lugar más abierto o recogido. A las nueve de la mañana se parte desde el antiguo edificio ocupado durante muchos años por un destacamento de la Guardia Civil, en Busdongo. Llegados a la altura del bar El Maragatu nos detenemos un rato para que los compañeros que están dando buena cuenta de los ricos embutidos que sirve este establecimiento, cecina, jamón, lomo, chorizo y queso, regado con un excelente vino de la tierra, se incorporen después de deleitar sus paladares con estos productos bastante más contundentes que el desayuno servido. No como otros que tenemos que conformarnos con un café. Que razón tienen los que dicen que:
-Antes no podíamos comer… porque no teníamos. Ahora que tenemos, nos lo prohíben los médicos.
Los primeros kilómetros de marcha por tierras de León en la primera jornada totalmente fuera del Principado, disiparon rápidamente nuestro temor sobre el recibimiento que nos ofrecerían los mineros y sus familias al paso por estos primeros pueblos leoneses. Lucía el sol y como el día anterior, varios autocares llegaron repletos de personas muy ligadas, por lazos entrañablemente afectivos con la marcha, para acompañarnos en la jornada festiva. Durante todo el camino reinó el buen ambiente y las ganas de caminar. La gente, pese a las ampollas, las rozaduras o algunas molestias musculares, todos en la carretera con ganas de “tirar pa´lante”.
A las dos horas de camino se hace una breve parada, más para evacuar líquidos que por necesidad de descanso. Poco más adelante, antes de cruzar bajo el túnel de La Gotera, tomamos el desvío que conduce por la antigua carretera hasta el centro de La Vid. Ayer por la tarde nos visitaron en Busdongo el presidente de la Junta vecinal, rogándonos que pasásemos por el pueblo. El cambio de itinerario se decidió sobre la marcha y resultó ser un acierto. A la entrada de La Vid, todo el pueblo, sus 117 vecinos acompañados de unos 70 de Villasinpliz, todos ellos dependientes de lo que la da la mina, rompieron en una gran ovación. Poco más de 200 metros más adelante, encontramos una mesa improvisada en plena calle, sobre ella había más de 60 empanadas, una buena variedad de conservas y todo tipo de viandas que eran servidos por la juventud de ambos pueblos. Corrió el vino, sonó la gaita, alguno hasta bailó; detrás de la enorme mesa una pancarta de apoyo a los trabajadores siderometalúrgicos “La Vid y Villasimpliz con vosotros”. A muchos de nosotros, obreros curtidos en hornos altos, baterías de cok, acerías o laminaciones, se nos saltaron las lágrimas emotivas, cuando comenzaron a desfilar jarras de barro o cristal con humeante café recién hecho, y portado por las abuelas desde sus casas para agasajarnos y saciar nuestro apetito.
El presidente de la junta vecinal José Manuel Mel, justificó el recibimiento, que no nos ofreció Mieres, ni Pola de Lena, ni ningún otro pueblo asturiano, con una palabras que resumen todo lo que estábamos viviendo:
-“Somos mineros y eso hace bastante más fácil que comprendamos lo duro que es la reconversión, que tarda más o menos en llegar pero que al final, nos afecta a todos”.
Todo el vecindario que estuvo en la calle, se mezcló con nosotros, y los mayores se interesaron especialmente por nuestro estado de salud. El pueblo de La Vid ha sido y es cuna de muchos mineros llegados de Turón, Lena, Mieres, etcétera. El pasado año estuvieron en huelga cinco largos meses por la firma del convenio colectivo de las explotaciones de Hullera Vasco Leonesa. Conocen en sus propias carnes estas situaciones desesperantes.
Para José Manuel Mel: -“nosotros hubiéramos querido hacer algo mejor, apenas contamos con tiempo para organizarlo. Aún así, creo que el objetivo lo hemos logrado y este no era otro que os sintieseis apoyados”
Efectivamente, no podemos pedir más, estas gentes se han volcado con nosotros desde que atravesamos el límite de provincias, las dudas que teníamos sobre el recibimiento en tierras castellanas se han disipado por completo. El temor que flotaba en el ambiente del trato que los leoneses nos harían, no tenía ninguna base, pero, alguien puso la nota de duda y eso hizo que nos reserváramos un tanto.
La partida de La Vid es por lo ocurrido muy emotiva. En algunos rostros, la mayoría, se refleja el sentimiento de complicidad con estas gentes sencillas, trabajadoras y grandemente solidarias. Suena el “Adiós con el corazón…” y “En el pozu María Luisa…” Desde la megafonía que nos acompaña durante todo el trayecto nos despedimos:
-“Os llevaremos en corazón y siempre estaréis presentes en nuestro recuerdo. ¡Gracias!”
Hoy día de La Pilarica la marcha se ha incrementado con las personas llegadas de Asturias y otras de aquí mismo. Los autocares y bastantes vehículos particulares han seguido ruta hasta La Robla donde finaliza la jornada. Entre los desplazados en el día de hoy hasta la marcha, están, José Antonio García, concejal de IU en el ayuntamiento de Avilés, D. Julián, el cura de La Magdalena, y los párrocos de Versalles y Llaranes; además de los alcaldes de Castrillón y Corvera, Luis Ferro y Víctor Álvarez, respectivamente.
Con Luis Ferro me une una buena amistad desde hace bastante tiempo. Además de haber nacido en la cuenca, como yo, está casado con la hija de un buen amigo de mi familia. César, su suegro, ha sido taxista toda su vida y propietario de una sidrería-tienda junto al campo de fútbol de Ganzábal, donde cuando asistíamos al fútbol era el lugar de reunión a tomar el café de varios amigos antes del partido y muchas veces, hasta salíamos en el descanso a tomar algún refrigerio. Somos muchos los clientes habituales de César que durante nuestra juventud viajamos con él por las distintas fiestas y verbenas de buena parte de Asturias. Siempre era quien mejor precio nos hacía, y también era uno más del grupo cuando se trataba de escanciar sidra.
Con Víctor, el alcalde de Corvera, igualmente tengo bastante trato desde que ocupo el cargo de secretario del club de buceo GEAS. Luis y Víctor han estado desde un principio en primera línea, tanto en manifestaciones como en las concentraciones por Avilés, Oviedo y Gijón. No como otros que… ¡bueno!, a veces ni merece la pena, y es mejor callarse. Prometen mucho, todo son buenas intenciones, mejores palabras, y al final no aparecen por ninguna parte.
Al incorporarnos de nuevo a la carretera general otra pancarta nos despide “La Vid y Villasimpliz con la Marcha de Hierro”. Con el objeto de animar el ambiente desde el vehículo que abre la marcha, por la megafonía “Tengo un tractor amarillo…” Miguel Flores es el encargado de elegir la música y con esta canción, de moda durante todo el verano, consigue que toda la columna entone la facilona y pegadiza musiquilla.
Miguel Flores Marcos es el secretario de Acción Sindical de la USO de Asturias. Desde adolescentes que nos conocemos. Teniendo poco más de quince años, los fines de semana éramos habituales de Tudela Veguín. Los domingos por la tarde a las cinco, al cine, más tarde a pasear tras las mozas. Grandes fueron las juergas que nos corrimos por el salón Ortea y las fiestas y verbenas de los alrededores. Conoció a una de mis primas, Pili, y ya no se separó de ella. Forman una buena pareja, de su unión han nacido dos niñas, hoy dos hermosas jovencitas, María Eugenia y Silvia. Hubo un tiempo en que por cuestiones de trabajo perdimos el contacto y llegamos a saber muy poco uno del otro.
Hace varios años, en 1986, desde la sección Sindical de Ensidesa se pusieron en contacto conmigo para asistir a una reunión y aprovechar para presentarme al secretario responsable de las secciones sindicales de las factorías de Avilés y Veriña. Todo el mundo me hablaba de Flores y yo jamás asocié este apellido con Miguel. La sorpresa nos la llevamos los dos. La finalidad de esta reunión era para buscar afiliados que estuvieran interesados en asistir al congreso de la USO de Asturias que se celebraría en la ciudad residencial de Perlora (Carreño). Desde ese momento volvió a ser frecuente el contacto con Miguel y las respectivas familias. Pocas fechas antes de iniciar esta marcha, su suegra Alicia, preparó una enorme fabada el La Viña, donde reside en Tudela Veguín. Allí nos reunimos unas veinte personas en una tarde soleada y de temperatura envidiable y hubo recuerdos de cuando éramos asiduos de pasar días y días por la zona. Corrió la sidra y quedamos en no perder el contacto y reunirnos con más asiduidad.
Apenas llevamos cuatro días fuera de casa y Miguel ya me ha dicho más de una vez:
-Si cogemos una fabada de las de mi suegra en estos momentos nos ponemos como quicos, ¿no?, José Ramón
- Sí Miguel. No me lo recuerdes
La inyección de moral que hemos recibido durante esta cuarta jornada se incrementa por la bonanza del tiempo, luce el sol y eso es de agradecer. El ánimo de los caminantes ha subido muchos enteros durante los kilómetros recorridos y más, cuando se nos comunica que el ayuntamiento de Villamanín se comprometió a hacer una buena aportación económica para la marcha.
Espontáneamente surge una fuerte ovación. Los 94 kilómetros que se llevan recorridos quedan en el olvido ante el calor popular que se recibe. En todas las mentes no hay dudas: ¡venceremos!.
Jerónimo Blanco fue el compañero que abandonó en la jornada del viernes debido al fallecimiento de su madre. Hoy se incorpora a la expedición en La Robla después de ascender Pajares en solitario. -“Ir a Madrid saltándose el Pajares, es como hacer sidra sin manzanas”, afirmó cuando llegó a la cima. Tres horas tardo Jerónimo en ascender el puerto. Durante la caminata fueron varios los automovilistas que se ofrecieron a subirlo en coche, lo rechazó porque “esto es un reto personal”. De esta manera, sólo y ascendiendo el tramo más duro de todo el recorrido, a partir de hoy reinicia la marcha con el resto del grupo.
Otra de las que se están recuperando fantásticamente es Maite Fontanellas, una de las cuatro mujeres que participan en la marcha.
Hoy ha vuelto a caminar y parece que la pequeña lesión de rodilla que se produjo al finalizar en Busdongo la tiene olvidada. Con esto se demuestra que, aunque los kilómetros recorridos estén dejando huella en las piernas de los trabajadores, éstos, no piensan ni mucho menos en abandonar, al contrario, crece la moral muchos enteros cada vez que se finaliza una jornada.
La llegada a La Robla se produce cercanas las 17:30 horas. Poco antes de finalizar, varios grupos de mineros de la MSP, que la pasada primavera protagonizaron la “marcha negra”, acudieron a nuestro encuentro recibiéndonos animosamente ante las duras jornadas que se nos avecinan. Antes, al paso por Pola de Gordón, el alcalde de este municipio nos acompañó en el recorrido. Se hizo una brevísima parada y aceleramos el ritmo, todos deseaban acabar lo más pronto posible tras las emociones vividas en la jornada. El puente de entrada a La Robla, además de pancartas de ánimo y banderas azules de nuestra comunidad, está repleto de gente que se van incorporando a la columna camino de la plaza del ayuntamiento donde esta previsto terminar. Vuelven a entonarse canciones y el compacto grupo no se disuelve hasta volver a salir desde el centro hacia el campo de fútbol y las piscinas, donde en sus instalaciones se han colocado las colchonetas de cada uno y la bolsa con nuestras pertenencias en la cabecera. Víctor y su equipo han trabajado de lo lindo, todo está perfecto y bien ordenado, aunque las instalaciones dejan mucho que desear.
Después de asearnos y como diariamente cambiarnos de toda la ropa interior y la camiseta, somos varios los que decidimos dar una vuelta por La Robla antes de la cena. Pandiella, monologuista langreano, trabajador de Ensidesa-Avilés, ha hecho todo el recorrido de hoy. Son inolvidables las juergas que hemos corrido, siempre formó parte de nuestro grupo de amistades y sus mejores actuaciones las dedicó a quienes nos consideramos sus amigos.
-José Ramón, ¡cagon la…! Toi desfechu. No sé si aguantaré hasta casa y eso que voy en coche.
Al apreciable Pandiella, al igual que otros muchos amigos y compañeros, también los atienden los servicios de Cruz Roja en las unidades móviles puestas al efecto. El servicio se ha incrementado con otras tres ambulancias más, además de las cuatro con que contamos diariamente en la marcha desde que partimos de Oviedo. Médicos, masajistas, enfermeros, todos se desviven haciendo los más variados trabajos de recuperación de los caminantes. El cuadro es bastante crudo, las ampollas se han convertido en llagas y las rozaduras en heridas. A pesar de todo, los cuidados de estos excelentes profesionales hacen el milagro diario y todos mañana, sino al tiempo, volverán a la carretera.
Haber que sucede esta noche con el equipo de roncadores. Ayer hubo quien se acopló dentro de los armarios empotrados para descansar y otros, los más cercanos a la habitación de la “orquesta”, aún se les notan las ojeras de no conciliar el sueño.
Pepe, el de San Cristóbal y su compañero Antonio Ferrer, con el camión de La Revoltosa de Carbónica Avilesina, empresa que dona toda el agua que se consuma en los días de duración de la marcha, ayudan como el que más. Su camión ya nos sirve para todo, hace de almacén, de despensa, y además, recoge todos los desperdicios en grandes bolsas de plástico para posteriormente depositarlas en los contenedores de los pueblos donde pernoctamos.
A la cena asisten varios de los compañeros que hoy nos han visitado. Se hace en dos tandas como consecuencia del aumento. Patatas con carne, pescado frito y postre, es el menú que se sirve. Por cierto, bastante flojo. Bares y cafeterías están muy animados tras la cena, los teléfonos públicos hecha humo de tantas llamadas que soportan. En uno de los locales me encuentro con el teniente de Tráfico que desde la entrada en León se ha hecho cargo de nuestra seguridad en la carretera. Se encuentra con otros compañeros y sus familias festejando el día de su patrona, la Virgen del Pilar. Soy invitado, junto a mi cuñado Baena y nuestro inseparable Curro, a sentarnos a su mesa, lo hacemos gustosamente y comentamos las incidencias del día. Esta sobremesa dura un buen rato y entre anécdota y anécdota pasa el tiempo sin darnos cuenta. Ya ha disminuido la afluencia de gente en el bar y aprovecho que el teléfono está libre…
-¡Hola!
-¿Papá?
-Sí
-Mamá, ¡es papá!, ¿cuándo vienes?
-¡Uf!, no te apures. Todavía quedan días.
-Papá. ¿Qué me vas a traer?
-No sé, ¿qué quieres?
-Un coche teledirigido, ¡bueno!, lo que tú quieras
Mi mujer se interesa por como lo estamos pasando y por mi estado. Tras los días de lluvia piensa que debo estar griposo, pues es bastante sencillo que cualquier virus que se pierda, acampe en mi persona. De momento me estoy librando. Le comento que he bajado de peso y como es de suponer no se lo cree…
-Ya me verás. Me estoy quedando como un figurín… ja,ja,ja,ja…
Las noticias de los medios informativos reflejan el trato que recibimos durante el recorrido con amplias informaciones sobre todo lo que sucede. Hoy me han entrevistado para el Diario de León. Los reportajes de prensa son acompañados de grandes instantáneas. Todos los días llegan a nosotros suficientes ejemplares de la prensa asturiana, tanto La Voz de Asturias, como El Comercio, La Nueva España o La Voz de Avilés, reparten gratuitamente los ejemplares en la marcha de hierro. Todos estos medios tienen permanentemente destacados a periodistas y fotógrafos que diariamente nos publican mensajes y saludos que dirigimos a nuestros familiares a través de sus páginas, desde donde nos encontramos.
El alcalde de León, como ya hizo con los mineros de Laciana en la pasada primavera, además de hacerse propios los gastos de manutención, también ha prometido una importante suma de dinero para paliar en parte, los numerosos gastos que se ocasionan diariamente. La etapa que concluye en la capital leonesa es una de las más esperadas, posiblemente tanto como la finalizada en Busdongo tras coronar el Pajares. Visto las muestras de cariño que vamos recibiendo por el camino, la llegada a León puede ser apoteósica. En los primeros pueblos castellanos se sintió el calor de la solidaridad, la mano tendida, el gesto amigo, la mirada cómplice, el aplauso de los hombres y mujeres de una tierra que nos vieron pasar con la cabeza bien alta y se sintieron orgullosos de ver que todavía, un puñado de hombres era capaz de pelear por todo un pueblo.
En el largo camino hacia Madrid se estaba jugando mucho del futuro de Asturias. Con los trabajadores siderúrgicos viajaba también la esperanza de una región ya concienciada. Una región que ya hacia suyo el orgullo de ver que un grupo de hombres, en su totalidad trabajadores, habían decidido caminar más de 500 kilómetros para que toda España supiese que el Principado de Asturias no podía hundirse quitándole los pilares en que tradicionalmente se apoyaba. Una gran equivocación sufrían quienes pensaban que con el caminar se estaba luchando exclusivamente por mantener los puestos de trabajo de Ensidesa. Mantener Ensidesa era mantener Asturias y dejar que se hundiese Ensidesa era dejar que Asturias se hundiese. No solamente las comarcas cercanas a las factorías tenían una dependencia fundamental de Ensidesa, era toda Asturias la que se vería afectada por la solución que se diese al futuro de la empresa.
La acogida cálida fue constante durante los kilómetros recorridos. En la calzada se apostaron los leoneses con pancartas de apoyo y vitorearon la finalidad del esfuerzo. Entre las muestras de cariño que despertó la marcha hay que destacar la que manifestó Domingo Martínez, un avilesino de la calle Llano Ponte que era ayudado por su familia a tirar de la silla de ruedas donde se desplazaba cuando la marcha se encaminaba hasta el ayuntamiento de La Robla. Más de 9 kilómetros recorrió Domingo con la marcha. Su deseo era haber hecho la etapa entre Mieres y Campomanes, no lo pudo hacer debido a la inclemencia del tiempo y las nefastas condiciones meteorológicas que se sufrieron. Hoy sí lo ha hecho, a Domingo le gustaría haber podido continuar pero -“estoy al límite de mis posibilidades. Yo no puedo, si otros pueden que sigan”
En La Robla, una buena moza rubia, avilesina, que hizo la etapa completa sin manifestar cansancio alguno, sacó de su gaita los más conocidos ritmos y cantares de la música regional. A su propio decir, simplemente lo hizo “por conciencia sobre el negro futuro que se cierne sobre la comarca”
El apoyo no tiene precio ni dinero que lo compre.
¡Ah!. Se me olvidaba. Hoy también me entero de lo sucedido, -parece ser que fue en Pola de Gordón- donde se recibió una de las muestras de cariño más entrañable. Una niña entregó un sobre a la organización de la marcha con un mensaje escrito a mano que decía:
“Ánimo. Estamos con vosotros. Así se lucha” . Margarita Huertas. León.
Dentro del sobre había además 1.070 pesetas. Seguro que todo lo que contenía su hucha de ahorros. El capital de su gran corazón.
Hay que ver como pasa el tiempo, la sintonía de El Larguero suena...

Tu afición es sentimiento
y tiene mucho alimento,
di que tú eres el mejor,
hincha, tú eres el mejor
escuchando el transistor.
Ra, ra, ra,
el lobito está cobrando,
tralala larala lalala,
los borreguitos pagando.
El lobito descansaba,
tralala larala lalala,
los borreguitos cantaban,
ra, ra, ra,
ra, ra, ra,
ra, ra, ra.

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