El encierro



Tras tres días encaramados en el tejado de la acería LD-III, los once miembros del comité de fábrica que adoptamos esa postura para reclamar la presentación inmediata del plan de futuro para la empresa, cansados pero con la moral muy alta, volvíamos a pisar tierra firme. A las puertas de la instalación siderúrgica nos esperaban más de un millar de compañeros, la totalidad de los medios informativos regionales y trabajadores de la cercana Enfersa, que con bastantes problemas en su factoría, -también estaban encerrados-, abandonaron momentáneamente su postura y estuvieron presentes en el recibimiento.
Todo había comenzado el día antes, a la salida de uno de los plenos extraordinarios que casi diariamente celebrábamos, nos reunimos distintos miembros de las secciones sindicales de USO, CC.OO y UGT y tomamos la iniciativa de hacer algo sonado para llamar la atención y que se nos facilitara de una vez el plan de futuro de la empresa.
El día era bueno, con sol, quizás esto influyó en nuestra determinación. A pesar de que nos encontrábamos en pleno mes de enero, por el día hacía una temperatura bastante agradable, en el cielo no había nubes y tenía un azul permanentemente primaveral.
Ni cortos, ni perezosos:
-Nos encerramos en el tejado de la acería LD-III, y no dejamos que nadie acceda al techo de la instalación hasta que la empresa facilite una contestación.
Todos de acuerdo, hacemos los preparativos para iniciar la acción al día siguiente.
Con la ropa de trabajo, unas mantas y el saco de dormir, en la tarde del martes 28 de enero de 1992, después de asistir a las asambleas informativas en los talleres de la empresa, sin decir nada a nadie, ni tan siquiera consultar con nuestros secretarios generales de las secciones sindicales, once compañeros del comité de fábrica, nos encaramamos en lo alto de la acería. Hacía buen día pero, ¡negra suerte!. Si primero subimos, primero cambia el tiempo. La helada que cayó esa primera noche no la recuerdo por más que lo intento en los largos años de mi vida, había más de dos dedos de escarcha en el tejado y la brisa cortaba.
Tapados como buenamente se pudo, pasamos la primer noche, además de no poder dormir por miedo a las fugas y escapes de gas. Rotativamente hicimos imaginarias, -recordando el paso por el servicio militar-, nos turnamos y alguno hasta pudo dormir a ratos. Yo, si lo puedo decir bien alto, en las tres noches que pasé en ese hotel, no pude conciliar el sueño en ningún momento.
Así trascurrieron uno tras otro los cuatro días que allí estuvimos, por la noche un gélido frío, enormes heladas, miedo al gas, nerviosismo... Por el día, mejor temperatura y soledad, mucha soledad. En algún momento del segundo día, mañana y tarde, recibimos la visita de los secretarios generales en las distintas organizaciones, lo que causó un efecto animoso puesto que seguíamos sin recibir noticias de la empresa y la moral se diluía por momentos.
Soportamos temperaturas de cuatro grados bajo cero, con capas de escarcha con un más que apreciable grosor. Por la mañana teníamos que raspar el piso para quitar el hielo y poder hacer ejercicios físicos para combatir el frío y el anquilosamiento que nos producía la escasez de espacio. Pasamos el tiempo hablando mucho sobre la situación de crisis de la comarca y de Asturias, llegando a la conclusión que no se trataba de un problema de la siderurgia o la minería, el problema era de todo el Principado.
Salvo pequeñas molestias de garganta y estómago, nuestro estado era bueno. Eso sí, se translucía el cansancio de las jornadas vividas en unas condiciones extremadamente duras, sobre todo al caer la noche, por el intenso frío. Pasaron bastantes días una vez abandonado el encierro, antes de poder olvidarme del sonido de la alarma que nos avisaba de la acumulación de gas, lo que nos obligaba a cambiar de lugar continuamente.
Tras deponer nuestra actitud y salir al exterior, portando una bandera del Principado de Asturias que hacía de pancarta principal, leímos un comunicado con el siguiente contenido:

“ Los miembros del comité de empresa de Avilés, encaramados durante los últimos días en el techo de la acería LD-III, queremos expresar nuestro agradecimiento a todos los trabajadores de ENSIDESA, a los compañeros de empresas Auxiliares, a las organizaciones sindicales, partidos políticos y medios de comunicación, el apoyo y la solidaridad que manifestaron a nuestra acción. Asimismo, exigimos del ministerio de Industria la presentación y negociación urgente del plan de viabilidad del sector siderúrgico. Desde aquí pedimos a todos los trabajadores, que secunden todas las iniciativas del comité de fábrica, único camino para lograr nuestras reivindicaciones”.
¡Todos al paro de tres horas del día 4 de febrero!
¡Todos a la huelga del día 6 y asistir a la manifestación en Oviedo!
¡La lucha empieza. Seguiremos!
Los encerrados
Muchas gracias

El abandono del encierro se produjo ante la convocatoria de asambleas informativas en las que necesariamente teníamos que estar presentes los miembros del comité. El proceso asambleario era para informar a los trabajadores sobre las movilizaciones planteadas por el comité de Empresa para los primeros días de febrero, que se centraban esencialmente en una marcha desde las factorías, hasta los ayuntamientos de Avilés y Gijón el día 3. Al día siguiente, un paro de tres horas en las dos factorías con marcha y concentración ante los ayuntamientos, donde se leerán sendos comunicados de los comités de fábrica.
El programa continuaba con una huelga de 24 horas en el sector del metal para la jornada del día 6 a partir del primer turno de la mañana y una manifestación en Oviedo en esa misma tarde. Así se comenzaba transcurrido el encierro, con todo un calendario de movilizaciones en el sector del metal en Ensidesa y en la comarca de Avilés. Otro tanto sucedería en Gijón por parte de Ensidesa-Veriña. Se presentaba una de las semanas más calientes contra el desmantelamiento industrial y el progresivo deterioro económico de la comarca.
Nuestra lucha no era solo por Ensidesa, eran muchas las empresas con un futuro incierto. Enfersa, Indusa, Confecciones Camino e Inespal, todas estaban amenazadas con alto riesgo de desaparición. El problema era global y la solución tenía que ser global. No esperábamos soluciones parciales; esperábamos que el problema fuese abordado en su totalidad. La gravedad de la situación exigía la urgente presentación del Plan de Competitividad de la Corporación Siderúrgica. Todos esperábamos. La posibilidad de convocar una huelga general en toda la comarca para el mes de marzo, iba tomando forma.
Los trabajadores del sector siderúrgico y metalúrgico asturiano secundamos la movilización de 24 horas de paro del 6 de febrero y asistimos a la manifestación en Oviedo, revelándonos contra la imposición de la Corporación Siderúrgica Integral y reclamando la presentación del documento y la apertura con carácter inmediato de una mesa de negociación, en la que se pudiesen analizar y consensuar las medidas que se aplicarían a las dos compañías siderúrgicas integrales españolas.
Con movilizaciones, encierros, manifestaciones, concentraciones, etc., pasaron los meses de marzo, abril y mayo. En junio, vuelta a los paros, esta vez, la huelga contra el plan siderúrgico, con fecha de comienzo el martes 16 de junio, fue de 48 horas con un seguimiento masivo. En las asambleas se refrendaron los paros para el mes de julio en los días 17, 18, 24, 29 y 30.
La producción en las factorías quedaba totalmente paralizada en las jornadas de huelga. Las concentraciones, el corte de carreteras, tanto en la variante como en la autopista, eran los principales actos de protesta en exigencia de modificaciones en el Plan de Competitividad, actos reivindicativos que se repetían continuamente. En las factorías no se registraban incidentes y se cumplían los servicios mínimos acordados por el comité y la empresa sin ningún tipo de incidencia. Tras todas estas jornadas de huelga y una monumental manifestación en Madrid, se conseguía de la CSI el compromiso a no presentar el plan laboral durante el mes de agosto. Era un momento de tregua a la espera de convocar nuevas acciones…

No hay comentarios: