La Robla - León (13/10/92)

Martes y trece. No hay supersticiones.
Hoy si he dormido bien. Quizás me haya relajado la conversación con los míos. Como cada día soy de los primeros en tomar el desayuno, café y unas galletas de las de siempre, del tipo María. Como principio de la jornada no está mal, a media mañana tomaré algo más consistente, hoy está previsto los bocatas sean de jamón serrano y eso sí entra en mi dieta.
Por consejo expreso de la Guardia Civil de Tráfico, se cambia el itinerario y la marcha de hierro se desvía hacia la carretera de Lorenzana y Cuadros. Flaco favor hizo este cambio, al final se recorrieron más kilómetros de propina sobre lo que marcaba el libro de ruta inicial por El Rabizo. Además, en un principio el asfalto resultó bastante molesto para caminar puesto que estaba desconchado y hubo que mantener sumo cuidado por donde se pisaba, era bastante fácil sufrir alguna que otra torcedura. El coordinador de Cruz Roja, el incansable Juan Campa, puso sobre aviso a los caminantes del inminente peligro. Una vez comentado con los agentes, estos toman la determinación de detener a todo el tráfico que se acerca a la columna o se cruza con ella, dándoles paso cuando se puede y se ensancha la calzada lo suficiente. Es así que caminamos por el centro de la calzada evitando en lo posible los márgenes donde el firme es más irregular y los baches son frecuentes.
Desde que mejoró y de forma sustancial el acceso a León por El Rabizo, ésta carretera ha disminuido considerablemente su tráfico. Me viene a la memoria cuando estaba en el CIR de El Ferral del Bernesga, Los autobuses circulaban por esta vía para acortar el tiempo, ahora no merece la pena, es bastante más largo por este camino.
El día es gris pero con una agradable temperatura, se puede decir que hasta hace calor. El paso es alegre y se marcha compactamente, sin huecos entre la larga hilera de tres en línea. Los vecinos de los pequeños pueblos alejados un tanto de la carretera se acercan a darnos el saludo, ofrecen vino y manzanas. A la altura de La Seca, nos detenemos un rato para evacuar líquidos y hacer alguna que otra necesidad fisiológica.
En Cuadros es otra cosa, los vecinos han salido a la calle y se encuentran en esta localidad varios representantes sindicales de la provincia leonesa. Aquí también está Manuel Zaguirre, secretario Confederal de la USO de España. Como uno más, Manolo hace lo que queda del recorrido a pie.
Manolo, es de los hombres que se hace querer, además de ser máximo responsable del sindicato, es un amigo para todos los que componemos la organización. Su cordialidad está presente en todos sus actos, ama a Asturias como el que más. Entre los asturianos se siente como en su propia casa. En cada ocasión que se le presenta, y son varias al cabo del año, en sus mítines, reuniones o ruedas de prensa, nunca deja de mencionar sus comienzos en el sindicalismo poniendo como ejemplo a Asturias. Él, como la mayoría de los líderes en las otras organizaciones, han mamado el sindicalismo asturiano desde sus comienzos, por eso, no es de extrañar que Manolo Zaguirre sea un enamorado de nuestra tierra, y le apenen, tanto como al que más, la insufrible mala racha que estamos pasando y los grandes problemas que se nos avecinan. El ejemplo de solidaridad lo demuestra Zaguirre todos los días.
Como no podía ser menos, hoy también ha estado dando su apoyo a la marcha de hierro caminando como uno más, dando ejemplo, y sufriendo los kilómetros que además hizo con un calzado inadecuado.
-¡Gracias, Manolo!
La parada en Cuadros se aprovecha para tomar el bocadillo regado con cerveza y otras refrescantes bebidas por los bares del pueblo. A muchos ni nos cobran, somos invitados. Están presentes las cámaras de TVE que graban para Informe Semanal. Uno de los que más atraen la atención de los periodistas es Joaquín, Grao, para los que lo tratamos desde hace años. Juacu, es un veterano trabajador de Ensidesa que siempre ha sido afiliado de la Unión Sindical Obrera y no se pierde ninguno de los acontecimientos sindicales. Este jubilado de 70 años largos, a pesar de su edad, es uno de los caminantes más animosos. Junto a otro gran veterano y sindicalista, Francisco Medina Gestoso, forma un dúo que parecen vivir la eterna juventud. Medina y Juacu, siempre están pendientes del más mínimo detalle y sirven de ejemplo para el resto. Su constancia y pundonor es admirado por toda la marcha de hierro.
De esta localidad de Cuadros se parte con bastante más gente de la que llegamos en principio. Se han ido integrando compañeros venidos de Asturias y bastantes trabajadores leonesas encabezados por los mineros de la MSP.
Las pancartas y banderas de Asturias y León ondean a lo largo de toda la marcha portadas por los caminantes, dando un tono de colorido fantástico para quienes tienen la suerte de ver toda la columna desde una altura superior.
-“Tengo un tractor amarillo…” los sones de la música animan la marcha. “Hay un gallego en la luna…” y otras archiconocidas melodías se entonan una y otra vez.
Como a unos 3 kilómetros de la capital leonesa, los agentes de la Policía Local se hacen cargo de la seguridad en la marcha de hierro. No obstante, nuestros asiduos acompañantes de la Guardia Civil de Tráfico no abandonan, ni mucho menos, y finalizan la etapa junto a nosotros.
En el recorrido se fueron cambiando los planes, en un principio, se preveía que el alcalde de León, Juan Morano, saliese a nuestro encuentro y hubiera una recepción en el ayuntamiento donde se nos entregaría un cheque por valor de los cuatro millones de pesetas anunciados. No fue así, y el acto tuvo lugar más tarde en el polideportivo Gumersindo Azcárate.
Mucha gente, más de seis mil personas, según datos de la Policía Municipal, nos recibieron a partir de nuestra entrada en la ciudad por las inmediaciones del Hotel San Marcos. Se recorrieron bastantes mas kilómetros de los previstos desde La Robla. Pese a ello, en todo momento se demostró enfado alguno y el estado era animoso. Durante una hora las calles de la capital leonesa fueron objeto de aplausos y muestras de solidaridad hacia nosotros. Sin planearlo, espontáneamente, se configuró una manifestación en la que se comprobó, una vez más, el apoyo que estamos recibiendo de las gentes de León en nuestro camino hacia Madrid. La jornada puede considerarse como apoteósica. A pesar de las secuelas físicas, nos sentimos triunfadores e ilusionados por la solidaridad recibida. ¡Asturias y León, son todo corazón!, se escuchó más de una vez.
Después de las etapas que se llevan, se va notando en los cuerpos los kilómetros recorridos, existen compañeros que aún estando bastante tocados físicamente, se niegan a ser transportados en las ambulancias o vehículos de apoyo hasta los finales y esto hace que el resto, se vean con más ánimo para continuar caminando. Hoy, como todos los días los voluntarios de la Asamblea de Cruz Roja del Principado de Asturias, se vaciaron en atenciones durante toda la jornada.
León vibró con la presencia en sus calles de los trabajadores siderúrgicos tras la durísima etapa en la que se recorrieron 46 kilómetros, alguno más de los previstos en el libro de ruta, lo cual provocó que la columna sufriera alguna merma momentánea mientras se curaban heridas a causa de la dureza.
En uno de los ángulos de la amplia cancha de deportes, en el polideportivo Gumersindo Azcárate, se ha habilitado una pequeña enfermería que no carece de nada para atender los maltrechos cuerpos de los caminantes. Hay varias camillas y grandes tableros con la misma función. Después de la reconfortante ducha, los lesionados pasan por las expertas manos de los fisioterapeutas y los médicos que se suman voluntariamente en cada final de etapa. Las atenciones a las heridas de los pies, los masajes y estiramientos, son tratados por este grupo de profesionales que en el día de hoy también se ha incrementado por mediación del ayuntamiento leonés. A las ambulancias que permanentemente están en la marcha, se han adherido hoy una docena más que en los aledaños del polideportivo, como hospitales de campaña, trabajan sin desmayo atendiendo toda clase de lesiones. Al final fueron necesarios los traslados de caminantes para ser asistidos en centros sanitarios de la capital, dado el volumen de las necesidades de atenciones, y todo este equipo dispuesto, no dar abasto con las curas.
Antonio, es un fisioterapeuta leonés que también pasa consulta en Gijón, en Busdongo se sumó a los voluntarios de Cruz Roja y en las dos etapas transcurridas sus masajes ya se ha hecho famosos. Antonio, es de esas personas que se multiplica sin desfallecimiento, los caminantes que han pasado por sus manos dicen que sus masajes son muy fuertes y bastante dolorosos, pero según parece todos acaban contentos y más de uno ya comentó que -“esti cazurru frállanos, pero déjanos como nuevos”.
El alcalde de León, Juan Morano y varios concejales de la Corporación leonesas se acercan al polideportivo interesándose por el estado de los lesionados y por las necesidades que se tienen. No quieren estorbar, ni mucho menos mostrar protagonismo alguno. El regidor, como uno más de los ciudadanos leoneses que llenan las gradas del polideportivo, departe con los caminantes y nos facilita un teléfono de contacto permanente para ser usado si es necesario. Al mismo tiempo pone en conocimiento de la organización de la marcha que los cuatro autocares que se han dispuesto para trasladarnos desde el parque de San Francisco, al lugar de la cena –distante poco más de cuatro kilómetros de donde pernoctamos- se encuentra a nuestra disposición. Si alguien quiere darse una vuelta por la ciudad, no tendrá que gastarse nada en el viaje de regreso, uno de los autobuses nos esperará donde acordemos y nos retornará a la hora que se estipule.
En grupos de setenta u ochenta comensales pasamos al restaurante. De cena: congrio con patatas, carne guisada y postre. Bueno, puede pasar, aunque se pudo mejorar con lo que dicen paga el ayuntamiento.
Mientras unos cenan, los que esperamos aprovechamos para hacer llamadas telefónicas. Yo lo hago en primer lugar a mi casa. David, se pone loco de contento al oír mi voz, mi esposa como siempre, preocupándose de mi estado de salud. Poco más o menos sucede cuando la llamada es a casa de mi madre en La Felguera, las preguntas, las de siempre -¿cómo estás?, -ten cuidado con lo que comes-, -no hagas excesos-, etcétera, etcétera.
De toda la vida yo siempre he dicho que tengo dos madres y es cierto, una, mi tía Olvido, toda su vida luchó para criar a los tres hermanos, Julieta, Luis y yo mismo. Mi madre emigró a París en los años en que en España se pasaba muy mal dada la carencia de oportunidades par una mujer madre de tres hijos. Siempre vivió pendiente de nosotros y nos visitó alguna Navidad, alguna que otra semana Santa, no recuerdo muy bien, y siempre en tiempo de vacaciones veraniegas. Olvido, trabajadora incansable, toda su vida en Duro Felguera, en el taller Eléctrico rebobinando motores a mano, y más tarde en Uninsa, pero sin moverse del mismo lugar. Se desvivió por darnos lo mejor, ocupó en nosotros los mejores años de su vida y perdió muchas oportunidades por atendernos. Ella es ni madre porque me crió y la otra porque me dio el ser. A las dos las queremos por un igual, tanto mi hermana y hermano, como yo mismo, por ser unas mujeres ejemplares, que toda su vida la han dedicado al trabajo y ha nosotros. Su única preocupación es nuestro bienestar, no tienen nada de ellas, todo es para nosotros. Viven, y están pendientes que no nos falte de nada.
La mayoría de bares y cafeterías nos invitan a la primera consumición –estáis invitados por el jefe. ¡Gracias jefe!. Hay varios grupos que aprovechando lo agradable de la noche decidimos dar un corto paseo. Hasta alguno es más decidido y decide entrar en alguna discoteca. Los más -¡para bailes estoy yo!
El comité de empresa de la Minero Siderúrgica de Ponferrada (MSP) nos hizo entrega de un cheque por importe de 250.000 pesetas como contribución al paliar los gastos de la marcha de hierro, a la vez que prometieron toda la ayuda que sea necesaria en el caminar por tierras leonesas.
Hoy como ayer, hemos estado arropados por estos compañeros, en su mayoría mineros, y el agradecimiento hacia ellos es inmenso, tanto por el apoyo como por el asesoramiento que hemos recibido puntualmente para los preparativos de esta andadura que moviliza a un sinfín de ayuntamientos, asociaciones, grupos políticos e instituciones, a lo largo de este kilometraje entre Asturias y Madrid.
Los sindicatos de la MSP nos han ofrecido todo su conocimiento logístico experimentado en la marcha negra y que coincide en el itinerario a partir de Medina de Rioseco. Una de las más importantes aportaciones de estos trabajadores lacianiegos ha sido la gran cantidad de contactos que nos facilitaron de los distintos organismos sociales para afrontar las últimas 10 etapas a partir de Medina de Rioseco. Su experiencia nos servirá para prevenir acontecimientos que a ellos les pillaron de sorpresa, sin olvidarnos, que desde que se contactó con ellos, se volcaron en nuestra causa y eso es un detalle que no se puede olvidar.
Los metalúrgicos, al igual que los mineros, somos los mismos que llenamos las calles de puños en alto cuando hubo que traer la democracia y los que apoyamos los pactos de la Moncloa para que no se hundiera el invento. Hoy no vamos a Madrid para protestar por protestar, sólo para pedir cuentas. Se está desmantelando parte de la industria porque los europeos de primera nos han dicho a los de segunda que hay que desguazar lo que no sea competitivo. Para ellos lo serio: el acero. Para nosotros, quedarnos con los servicios, con el sol y el diseño.
No vamos a protestar por los desequilibrios, sino a luchar por no caer en el vacío. No estamos en la carretera porque nos guste, es que no queremos perder nuestro trabajo. Protestamos por la reconversión del sector que supone, además de la capacidad de producción, un recorte en la plantilla de más de 9.000 empleos. Por esta razón y no por otra, nos hemos lanzado al camino de Madrid. El futuro ya tenía que haber sido despejado hace mucho tiempo sin llegar a estos extremos, no pedimos mejoras salariales o un trato especial, sino que gritamos el incuestionable derecho al trabajo, al nuestro, al de nuestros hijos, y al del país.
Tenemos que andar jornada tras jornada, kilómetro tras kilómetro, para llegar a Madrid, no porque sea la capital de España, sino porque allí están las llaves que a criterio de unos señores abren y cierran las puertas de la vida o de la muerte. Da pena imaginar que éste, el de caminar o morir, es el futuro que parece aguardar a todos. Y si no nos revelamos, vendrá el ministro Corcuera, por otra parta también siderúrgico, nos llamará "chololos" y alguna que otra lindeza más.
En el informativo de las 20:00 horas me entero de que un numeroso grupo de trabajadores de Ensidesa han colapsado la circulación en las entradas y salidas de la autopista A-8 de Gijón a Avilés, así como el centro de la villa durante algo más de una hora después de celebrar en la tarde de ayer, una concentración en la plaza del Humedal en apoyo a los compañeros que estamos en la marcha de hierro sobre Madrid. Otro grupo cercano al medio millar -según la emisora- de trabajadores siderúrgicos se concentraron ante el ayuntamiento de Avilés con el mismo motivo. Los manifestantes portaban una pancarta con la consigna: “Por la defensa del empleo”
Los manifestantes en esta acción de protesta señalaron que con las movilizaciones “queremos que la población se sume a nosotros. Son actos pacíficos que no tienen como objetivo molestar a los ciudadanos, sino reclamar su apoyo para luchar juntos contra el desmantelamiento industrial de las comarcas siderúrgicas”.
-¡Vamos Jose, que te pierdes El Larguero!
-De eso nada. ¡Faltaría más!

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